053.

Me declaro inocente,
aunque haya aceptado cargar con tu culpa.
No diré más, que nos espían.

Pero esta me la cobro.

052.

"Veo tus ojos tristes
con la cara desencajada,
hieren la piel de tigre
de tus botas gastadas.

(...)

Tiembla, como si fuera la primera vez,
como si fueras a largarte después y no quisieras.
Reina, en las ciudades sin nombre,
en autopistas hambrientas... 
mantienen vivo el dolor.

Tiembla, como si fuera la primera vez,
como si fueras a largarte después y no quisieras."


Eso.
Y duele.

050. Adiós.

Quizás fueran más las ganas que tenía de encontrar el sentido a algo que de ti, pero la cosa es que al fin y al cabo me acabé ilusionando. Que me volvería a pasar horas hablando en el capó de un coche hasta que amaneciese, que volvería a empezar a conocerte otra vez. Me volvería a poner nerviosa cuando me vinieses a buscar a casa y me daría igual no estar en la primera fila de un concierto mientras estuvieses a mi lado. Llenar de botellas de cerveza vacías la mesa del salón y follar en el sofá.

Sé que de nada sirve detenerme a pensarlo ahora. Que aquello fue pero no volverá a pasar. Que se supone que ahora hay otra con quien no sólo te entretendrás sino por la que también sientes algo. Que yo ahora sólo me tengo que preocupar de que no se me note demasiado que te echo un poco de menos cuando te vuelva a ver. Y sonreiré, sonreiré hasta que me duela la cara para que me veas feliz.

No, no supiste hacerlo bien, y tú mismo lo reconociste, y yo no me lo esperaba. Y no me atrevo a hablarle de ti a la gente para que no se crean que siento algo. Y lo que más me jode es que me mintieses tanto y yo me lo creyese todo, fuiste bueno, cabrón. Pero todo bien, si algún día quisieras saber de mi ya sabes donde me puedes encontrar.